El personal del establecimiento se confundió y le dio al pequeño una bebida de Whisky en lugar de un zumo de lima con agua.
La madre le había pedido su bebida favorita, pero los camareros le dieron el vaso equivocado al pequeño Sonny.
El niño hizo gestos al probar la bebida, lo cual extraño a su madre, pero no se percató del asunto hasta que el niño estaba casi por terminarse la botella.
Cuando se dieron cuenta, los padres lo llevaron al hospital, y Rees tuvo que pasar el resto del día en el que se festejaba su segundo cumpleaños en una camilla.
Los médicos lo atendieron y lo dejaron en observación durante varias horas. Más tarde el pequeño pidió que no hicieran ruido, pues le dolía mucho la cabeza.
Informó Q, que los trabajadores del establecimiento declararon que no sabían cómo había podido ocurrir aquel error humano.
Fuente: www.elgrafico.mx
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