El televisor es un aparato central en el hogar. Su importancia es tan alta que incluso hay más hogares con una TV que con refrigerador. Para mucha gente, es su fuente primordial de información y de entretenimiento. ¿Quién se niega a un buen programa o una película en casa?
Desde hace años, los fabricantes nos han querido vender televisores con cada vez más y mejor definición. Muchas veces, nos guiamos más por la mercadotecnia y no reparamos en si la inversión que hacemos es la adecuada. Entre tantas siglas y especificaciones, terminamos por comprar por corazonada más que por razonamiento. Bien, pues si está pensando en adquirir una nueva TV y quiere apostar por una imagen más nítida, le conviene tomar estos cinco consejos:
1. Tipo de televisor
Existen tres tipos principales de televisor de alta definición en el mercado, cada uno con sus ventajas y desventajas:
– Televisor de plasma (PDP): Se trata de pantallas muy vendidas en formatos grandes, superiores a las 37 pulgadas. Técnicamente, se componen de pequeñas celdas que contienen gases como neón y xenón, las cuales están entre dos pantallas de cristal. Al calentarse, el gas se convierte en plasma (de ahí el nombre) y permite la emisión luminosa. Sus ventajas es que tiene colores más suaves, un número mayor de tonos y con mayor realismo, así como un alto contraste. Sus desventajas son que se calientan demasiado, tienen un gran consumo de energía, y en modelos antiguos, las imágenes estáticas “se queman” (es decir, se fijan en la pantalla).
– Pantalla de cristal líquido (LCD): Estas televisiones están compuestas por píxeles en color que están al frente de una fuente de luz. Actualmente, son el estándar en pantallas de alta definición, debido a su variedad de tamaños, la eficiencia con la que utilizan la energía eléctrica y su costo relativamente bajo. Son las más populares.
– Pantalla de procesado digital de luz (DLP): Menos conocidas en el mercado, son televisores que utilizan tecnología de proyección; por lo tanto, no son delgados como los LCD, sino que tienen más “cuerpo” detrás de la pantalla. Si bien apenas alcanzan 10% de todo el mercado, entre sus ventajas están las imágenes suaves y sin saltos, una buena profundidad de color y alto contraste.
En mi opinión, lo mejor es ir con el estándar y optar por una LCD, aunque las PDP y las DLP pueden ser grandes alternativas si consideramos las demás características.
2. Tamaño
En las pantallas de alta definición, el tamaño importa mucho. Aquí, entre más grande sea el televisor, mejor. Siempre busca las mayores dimensiones que te permitan tu presupuesto. Por esta razón, quizá sea mejor que tengas una pantalla de plasma de 40 pulgadas, que una LCD de 29. Otro aspecto importante a considerar es el espacio donde la tendrás. Para aprovecharla al máximo, considera las pulgadas, divídelas entre 5 y multiplícalas por 30. Ésa es la distancia en centímetros para una experiencia óptima. Por ejemplo, para una TV de 35 pulgadas, debes situarte a 2.10 metros para mirarla cómodamente.
3. Resolución de pantalla
Las pantallas de alta definición incluyen dos formatos principales: 720p y 1080p. ¿Qué significan? Bueno, el primero tiene una resolución de 1280 x 720 pixeles; más o menos, lo que tiene una computadora portátil de 13 ó 15 pulgadas. En el caso de la segunda, la resolución es de 1920 x 1080. Si no comprendes de qué hablamos con estos números, va una forma simple de entenderlo: entre más resolución, más pixeles caben; a más pixeles, mayor es la nitidez.
Si vas a comprar una pantalla relativamente chica (hasta unas 27 pulgadas, calculo), no hay una diferencia significativa entre 720p y 1080p. Si tu televisor va a ser más grande, entonces sí debes optar por la resolución más alta; es especial, si quieres ver películas en formato Blu-Ray o videojuegos para PlayStation 3. Respecto del precio, ambas pantallas están en un rango similar, así que no hay demasiada diferencia.
4. Puertos
Cuando hablo de puertos, me refiero a las conexiones que trae la televisión en la parte trasera. Una indispensable es el cable HDMI, pues de nada sirve tener una TV de alta definición si vamos a desaprovecharla. Por ejemplo, si tienes una consola de videojuegos, un Apple TV o un Blu-Ray, le podrás sacar el máximo jugo. Lo mismo si tienes un sistema de cable que permita emitir señales en HD: pídele a tu proveedor que las active para que experimentes el potencial de tu pantalla.
Fíjate bien que tenga los puertos “de cajón”: la entrada para cable coaxial, la tipo RCA (de colores amarillo, blanco y rojo), la de vídeo por componentes o YPbPt (cables verde, azul y rojo), la VGA (usada normalmente para conectar la computadora a la pantalla) y una entrada de audio auxiliar tipo audífono. Algunas televisiones incorporan puertos USB que permiten cargar material multimedia; en otros, el USB incluye la leyenda “sólo reparación”, ya que se usa para diagnósticos de compostura. No creas que ese puerto se desperdicia: lo puedes utilizar para cargar otros aparatos.
5. Retroiluminación
Un último consejo: si te has decidido por una LCD, es muy importante que optes por una con retroiluminación de diodos emisores de luz (o LED backlightning). Con esta tecnología reciente, el televisor alcanza colores más vivos, mucho mayor brillo e intensidad de imagen y un contraste envidiable. Esta función también permite la regulación de luz para fines ecológicos (por ejemplo, matizar la luminosidad si sólo la tenemos encendida sin prestarle mucha atención). Esta característica eleva un poco el precio, pero lo vale bastante.
Fuente: http://mx.noticias.yahoo.com
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