Desde hace un par de años, se ha escuchado mucho sobre el apagón analógico en México. Todo inició el 2 de septiembre de 2010, cuando el presidente Calderón promulgó un decreto para cambiar la señal de televisión analógica por la de Televisión Digital Terrestre (TDT) para 2015. Aunque en la parte política es un tema bastante interesante -con varios dimes y diretes entre la Comisión Federal de Telecomunicaciones y las grandes televisoras-, enfoquémonos en la parte técnica.
De entrada, la señal digital ya existe en México. Está presente en muchos servicios de televisión por cable. Lo que se propone con el apagón analógico es que todas las cadenas abiertas del país emitan bajo ese parámetro. ¿Cómo es la TDT? Se trata de una señal binaria; es decir, pulsos representados por ceros y unos. Las televisiones no son capaces de descifrar por sí mismas estos pulsos, por lo que requieren de un aparato convertidor.
¿Por qué es mejor una señal binaria? Porque permite una mayor compresión. Las telecomunicaciones digitales (telefonía celular e Internet, por ejemplo) viajan a través del espectro radioeléctrico. Al poder comprimir la señal televisiva, se libera ancho de banda. Se calcula que con el apagón analógico, ganaremos unos 110 Mhz. Este espacio disponible puede ser utilizado por otras empresas para ofrecer otros servicios. Un poco como lo que hablábamos hace un par de meses sobre el caso de la banda de 2.5 Ghz.
En la Televisión Digital Terrestre, todos los canales que tenemos hoy en día viajarán en el mismo canal. Suena confuso, pero es más simple de lo que parece. Si tienes (o has usado) un sistema de televisión de paga por cable, verás que es prácticamente lo mismo. Colocas tu televisor en un canal predeterminado (casi siempre, el 3 ó 4) y cambias de ‘canal’ (o mejor dicho, de emisora) con el control remoto del convertidor.
La TDT tiene varias ventajas. De entrada, la señal que se envía tiene una calidad similar a la de un DVD, con lo que hay una mejora en la imagen y en el sonido. Otra característica es la compensación. Piensa en una televisión con señal analógica: si hay alguna interferencia, aparecen defectos en la transmisión (la conocida ‘nieve’ o las dobles imágenes en pantalla). Con la TDT, cuando ocurra una falla, el convertidor intentará compensarla, por lo que no notarás el sacrificio en la calidad. Por supuesto, el aparato tiene sus límites; cuando llegue a un momento en el que la señal es muy débil, entrará en el abismo digital (un punto en el que la imagen se ‘congela’ y se distorsiona).
Bueno, con el cambio de las señales abiertas a digitales, ¿de dónde vamos a sacar el convertidor? ¿Tendremos que comprarlo? De inicio, el plan del gobierno es entregar un decodificador de señal a cada hogar. La inversión, por supuesto, es considerable. Cada aparato cuesta unos $500 en el mercado (aunque se estima que su valor pueda bajar a $130-$150 si se manufacturan en México). Calculemos ese gasto por unos 17 millones de hogares. Claro que si vemos el panorama general, lo que se gana al aprovechar mejor el espectro radioeléctrico justifica el desembolso.
La razón por la que el cambio a la TDT ha sido frenado es que, precisamente, al liberar espectro, abre la posibilidad a ofrecer más licitaciones para canales porque hay más espacio disponible y se abaratan los costos. Esto no ha caído muy bien entre las televisoras, por lo que han interpuesto litigios para retrasar la adopción. Tampoco los legisladores han puesto mucho de su parte, porque algunos reprueban que se subsidien los convertidores, por lo que cada persona con una televisión tendría que comprarlo por separado. Pero, bueno, como dirían por ahí, eso es arena de otro costal
De vuelta a lo técnico, aunque la responsabilidad de descifrar la señal la lleve el aparato convertidor, la televisión digital favorece el uso de pantallas de alta definición. Prácticamente cualquier TV de este tipo en el mercado brinda una experiencia favorable. Dependiendo del convertidor -del cual no sabemos mucho aún-, se podría conectar vía cable coaxial, RCA o HDMI; en los dos primeros, la señal se vería como cuando miramos un DVD, mientras que con el último (y si la señal se emite en HD, como en algunos servicios de paga), sí se notaría una mejora sustancial.
Como sea, aún tenemos algo de tiempo para pensar, porque la Comisión Federal de Telecomunicaciones anunció que el apagón digital culminará en 2016. Por ahora, sólo algunas ciudades del norte están en la fase piloto; y se espera que al Distrito Federal y el centro del país le toque el cambio en 2014… claro, si los obstáculos no continúan apareciéndose en el camino.
Fuente: http://mx.noticias.yahoo.com
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