Podría decirse que Andrew Oldham, mánager de The Rolling Stones en 1963, tenía un concepto peculiar de la apariencia física… Y de la discriminación laboral. Aquel año, basándose en el peculiar canon de belleza de Mick Jagger y Keith Richards, Oldham despidió al pianista Ian Stewart –que debía haber sido el sexto Rolling–, y lo echó por feo, convencido de que su aspecto no beneficiaba al grupo en la competencia con The Beatles.
El de Stewart es un caso especial –y sonado– de falta de igualdad de oportunidades en el acceso al empleo, publica en un reportaje Expansión.com.
En este sentido, refiere la nota, el caso más reciente de despido por apariencia física es el de la asistente de un dentista de Iowa que fue despedida por ser “demasiado atractiva”. Melissa Nelson perdió su trabajo cuando la esposa del doctor decidió que la relación profesional con aquella mujer amenazaba al matrimonio.
La asistente dental denunció el caso por considerarlo una violación de sus derechos civiles, pero el Tribunal Supremo de Iowa, aunque reconoce que el despido es injusto, cree que no supone una violación de la Ley de Derechos Civiles, y lo acepta por ser “una atracción irresistible”.
Asimismo, en 2010, Debrahlee Lorenzana demandó a Citibank por haberla despedido. La compañía argumentaba que vestía demasiado provocativamente en su lugar de trabajo. Lorenzana entendía que había perdido el empleo por ser “demasiado atractiva”. Sus jefes le advirtieron de que “sus formas alteraban a sus colegas varones y a sus supervisores”.
Fuente: www.animalpolitico.com
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