De acuerdo con la revista Forbes, hay 8 gestos corporales que pueden alejarte del trabajo de tus sueños. La buena noticia es que si los identificas, es fácil evitarlos.
La mirada. Es importante tener confianza en uno mismo y mirar al reclutador directo a los ojos, pero sostener la mirada durante mucho tiempo puede ser interpretado como un desafío, un rasgo temerario o de agresividad innecesaria. Por otra parte, la mirada dispersa o dirigida hacia arriba de manera recurrente, sugiere que la persona está mintiendo o no está segura de lo que dice.
Congruencia. Si lo que estás diciendo no coincide con tus gestos o con el tono de tu voz, es probable que tu interlocutor se sienta incómodo o malinterprete tus intenciones. Por ejemplo: te preguntan sobre tu pasión en la vida y pones cara de aburrimiento; el gesto puede ser interpretado como un rasgo de incongruencia.
Las manos. Es importante mostrarse abierto, dispuesto y flexible. No trates de controlar tus gestos escondiendo las manos en los bolsillos o detrás de la espalda. Deja que tus manos se expresen naturalmente, pero recuerda no hacer aspavientos.
Energía nerviosa. Cuando estamos muy nerviososo solemos mover las rodillas, jugar con las moneditas en los bolsillos, mordernos la orilla de las uñas o algún otro gesto parecido. Es difícil de evitar pero hay que tenerlo en mente, porque esos movimientos distraen a tu interlocutor.
La cabeza. Asentir al final de una idea puede ser un punto a favor. Pero hacerlo indiscriminadamente (como los perritos de juguete) puede jugarte en contra. Concéntrate y reserva ese gesto sólo para confirmar las ideas más importantes.
Los brazos. Cruzar los brazos es signo de resistencia, defensa o cerrazón. Es mejor dejar los brazos a los costados o sobre las piernas, de forma relajada; eso es signo de que estás dispuesto a dialogar.
La postura. Echar el cuerpo hacia atrás es signo de pereza o arrogancia. Inclinar el cuerpo hacia adelante es señal de agresividad o desafío. Trata de conservar una postura neutral; imagina una línea recta que une tu cadera, tu espalda y tu cabeza con el techo. Esa posición también te ayudará a respirar mejor y a pensar con más claridad.
El ritmo. Interrumpir, señalar con el dedo o adelantar las manos hacia tu interlocutor puede resultar agresivo. Trata de mantener los gestos de tus manos dentro de tu espacio personal.
Fuente: http://mx.mujer.yahoo.com/
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