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Matthew Booth es un chico de 20 años que sufrió anorexia y que murió por 20 minutos, lo cual le ayudó a recuperarse del shock.
Comenzó a morir de hambre cuando tenía 14 años, hasta que a los 18 fue trasladado de urgencia al hospital, ahí su vida cambió.
Su corazón se detuvo y durante 20 minutos los doctores lucharon por reanimarlo, lo lograron.
Desde ese momento ha tenido una recuperación en su vida, cuerpo y mente, ahora casi completamente recuperado, habló con el diario The Sun sobre su experiencia.
Platicó que sus problemas comenzaron cuando fue golpeado por una banda de la escuela por más de un año porque era diferente.
Eso lo orilló a hacer ejercicio de forma compulsiva, levantaba pesas para cambiar su apariencia y poder encajar en la escuela.
Lo malo fue que dejó de comer y eso poco a poco afectó su salud.
No pudo detener a los integrantes de la banda y decidió dejar la escuela, pues a el le gustaba el heavy metal y era baterista, además de usar el pelo largo.
Su madre Brenda, no notaba que su hijo no comía y que hacía ejercicio hasta ocho horas al día.
Ella lo notó hasta que era muy evidente en el físico, pues de plano ya no comía nada.
Lo llevó al médico, donde le diagnosticaron anorexia y fue hospitalizado dos meses, estuvo en silla de ruedas y aún así se negaba a comer.
Luego de un año de terapia en tres clínicas de trastornos alimentarios, comenzó a comer hasta que subió de peso.
Asistió cada dos semanas a supervisión de peso, pero no lograba quitarse la idea de bajar de peso o de no subir un solo gramo.
Podría pasar horas en una bicicleta, se negaba a cepillarse los dientes o lavarse la cara.
En febrero de 2011, cuando tenía 18 años, Matthew sufrió un paro cardíaco y murió durante 20 minutos.
Los médicos fueron capaces de reanimarlo, pero le dijeron que iba a morir de nuevo si no empezaba a comer.
Esa fue la llamada de atención que necesitaba para comenzar a recuperarse.
Cuando vio su reflejo no reconoció a la persona, se veía como un hombre de 80 años de edad.
Le revisaban su sangre cada dos horas para controlar sus niveles de glucosa.
El hambre había causado fallo hepático, renal y cardiaco.
Actualmente está mejor, tiene novia y poco a poco su cuerpo cobra forma, al menos admite que no quiere volver al hospital.
Es más positivo y come normal, eso hizo que conociera a su novia, pues la conoció por internet.
Ella fue comprensiva con su problema y lo ha ayudado a sentirse seguro con su cuerpo.
Ahora se entrena para ser entrenador físico, el volver de los muertos le dio ganas de vivir.
Fuente: http://www.unionguanajuato.mx/
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