¿Has notado quizá, que eres de las personas que lucha por algo, te empeñas en lograr tu objetivo y al final algo sucede y no logras conseguirlo? Que esto suceda ocasionalmente es normal, no siempre se pueden conseguir las cosas tal y como uno desea, pero ¿que te suceda siempre?, no es normal.
Si realizaras el ejercicio de hacer un análisis muy detallado y 100% honesto de dichos fracasos, a lo mejor el resultado arrojaría que muchas veces no logras el objetivo planteado, por cosas que tú misma hiciste o dejaste de hacer, que realmente el conseguir el éxito o el fallar, estaba en tus manos, dependía de ti nada más. Esto es lo que se conoce como autosabotaje o autoboicot.
Mencionaré algunos ejemplos de autosabotaje para que lo tengas claro: estás en espera de una llamada muy importante, de una persona que incluso sabes que puede cambiar el rumbo de tu vida, y se te olvida prender el celular; te preocupa quedar tan bien con los que te rodean o temes tanto ser criticada, que nunca haces las cosas que te gusta hacer realmente; la dieta es un buen ejemplo, siempre intentas comenzar, pero la rompes constantemente diciéndote: «ahora sí, el próximo lunes la empiezo», y ese día nunca llega; te inscribes a un programa para correr un maratón, inicias el entrenamiento, pero poco a poco te vas quedando atrás, faltas a los entrenamientos y finalmente nunca cruzas la meta. Es normal que de repente no logremos cumplir alguna tarea, pero si esto sucede constantemente, ya no es correcto y es momento de ver que está sucediendo.
El autosabotaje comprende una serie de comportamientos, actitudes o decisiones que afectan de una manera negativa la vida de la persona y pueden afectar todo el entorno en el que ésta se desarrolla. Generalmente la persona no logra reconocer las razones por las cuales hizo algo que no quería o buscaba hacer realmente.
Las razones por las cuales nos autosaboteamos, por lo general están ocultas en el inconsciente, quizá desde nuestra infancia, y no lo sabemos, por eso se seguirán dando constantemente hasta que nos detengamos a identificarlas; algunas podrían ser:
- Autolimitantes: «no me lo merezco», «soy un fracaso», «no tengo talento».
- Lealtades mal entendidas: «no debo dejar sola a mi madre».
- Falsas creencias: «las personas que se divorcian son un fracaso».
- El miedo: al cambio, al fracaso, al éxito, a que se espere demasiado de nosotros.
- No ser conscientes de nuestras capacidades y alcances.
Al considerar las razones antes mencionadas, nos damos cuenta de que cambiar esto no es tan sencillo, el problema no se arreglará solo tratando de echarle ganas, así que aquí te presento una guía de qué puedes hacer para lograr romper estas barreras psicológicas:
- Observa detenida y conscientemente tu comportamiento, detecta si te autosaboteas.
- Acéptalo.
- Explora y analiza todos tus pensamientos, actitudes, comportamientos, miedos, traumas y frustraciones del pasado, quizá esto esté influyendo en nuestro comportamiento.
- Verifica bien cómo anda la autoestima, podría ser la causante de nuestro comportamiento.
Contestar de una manera sencilla, sin pensar mucho, con la primera idea que te llegue a la mente, los siguientes planteamientos:
- Me da miedo…
- Me preocupa…
- Si logro mis objetivos…
- Si logro tener éxito, lo más seguro es que…
- El éxito provoca…
- Creo que si al fin logro lo que deseo…
Analiza las respuestas para que veas qué es lo que hace que te autosabotees. Comienza a trabajar con tu autoestima, enfócate bien en conocer realmente tus necesidades, no te castigues y trata de cambiar todos los pensamientos negativos a positivos, que se acerquen más a lo que buscas lograr. Fíjate metas pequeñas y sencillas de alcanzar, trabaja conscientemente hasta lograrlas, y si las consigues, prémiate.
Recuerda siempre que: «el camino al éxito, está formado por información, acción y perseverancia. Cada paso, por pequeño que sea, te acerca a la meta. Tú puedes lograrlo.» Silvia Russek.
Fuente_ http://mx.mujer.yahoo.com