Clave para encender la computadora. Claves para las distintas redes sociales. Y para los sitios de compras online. Además de para home banking. Ah, y también para mis cuentas del correo electrónico. ¿Quieren que siga? Me olvidaba, para aquellas páginas que a lo mejor me pidieron alimentar con contenido alguna vez.
Si me pongo a pensar cuántas claves uso, habitual u ocasionalmente, pierdo la cuenta. A decir verdad, no lo sé. A todos los que pasamos varias horas de nuestra vida en el mundo virtual, o nos servimos de él, acumulamos contraseñas que son muy difíciles de recordar. Por una cuestión de seguridad básica, utilizar la misma para todo, es suicida. Pero, ¿cómo acordarnos de todas ellas?
Primero de todo, hay consejos que deberíamos seguir al elegir una contraseña. Por ejemplo, no usemos nuestro nombre, fechas de nacimiento, 12345 (si supieran cuántas veces es elegida ésta). Ninguna palabra común o el nombre de usuario.
Tenemos que decidirnos por claves que utilicen letras, números y signos de puntuación. Debemos poner algunas mayúsculas y que tenga al menos 8 caracteres. El azar puede ser un método exitoso: elijamos un libro, una página y un número de palabra, luego la invertimos y le agregamos el número de algún coche que veamos por la calle.
Lo anterior puede ser difícil, pese a su rigurosidad. Ahora vayamos a un método más sencillo.Tomemos un verso que amemos en particular. Por favor, no elijan “En un lugar de la Mancha…”, el Quijote es muy usado. Pero supongamos que somos tercos. Bueno. Tomamos la primera letra de cada palabra de esa oración, o la última. Obtendríamos algo así como EuldlM. Mm. No me convence. Optemos por la última letra, entonces: nnreaa. Ahora me gusta más. A las segundas que estén repetidas, le ponemos un número o un signo de puntuación y queda algo así: n4rea%. Podemos poner alguna mayúscula y un par de caracteres más para llegar a los 8 y tendremos una clave segura: n4reA%=k.
Pero de vuelta, ¿cómo acordarnos de esto? Pues podemos recurrir a un programa que lo haga por nosotros. Hay varios y muy buenos. Quiere decir que cuando pongamos la clave en estossoftware, al encender la computadora, permitirá que esta “sepa” que somos nosotros, y cualquier página o servicio que nos pida una contraseña, la colocará automáticamente sin nuestra intervención. Quiere decir que con una sola clave que recordemos tendremos habilitado todo.
Algunos ejemplos de estos software: LastPass y Dashlane.
Una última recomendación, la clave que hayamos elegido no la usemos por años. Hay que cambiarla cada dos o tres meses para estar más seguros. Y, por favor, no la escribamos en el escritorio o en un papel. No se olviden de Juegos de Guerra, esa película de 1983 en la que se hablaba de una Internet «primitiva».
Fuente: http://mx.noticias.yahoo.com
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La nueva peor contraseña del mundo
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