Agentes SIU
detrás de capos del narcotráfico
Conocidos también como agentes SIU,
éstos forman un cuerpo de élite en el cual los gobiernos de ambos
países depositan su confianza para debilitar con operaciones
relámpago a los cárteles de la droga.
Se les puede definir como la mano
mexicana de Washington en la guerra contra el narco.
El gobierno de Estados Unidos
financia en México una unidad cazacapos, un cuerpo secreto de 200
policías, agentes federales y militares mexicanos en el que la
administración de Felipe Calderón y la embajada estadunidense han
depositado sus esperanzas para debilitar a los cárteles de la droga
mediante operaciones relámpago.
Equipados por Washington, bajo
órdenes del gobierno mexicano y asesorados por observadores de la
DEA, los cazacapos han llegado a convertirse en una unidad de
extrema confianza para Estados Unidos, a la que la embajada asiste
continuamente y permite acceso a información clasificada de agencias
de inteligencia estadunidenses.
Conocidos también como Unidad de
Investigaciones Sensibles (SIU, por sus siglas en inglés), los
cazacapos han sido entrenados desde 2002 en tácticas especiales en
la academia de la DEA en Quantico, Virginia, y se encuentran basados
en la unidad modelo que encabezó la cacería de Pablo Escobar en
Colombia.
Sus integrantes provienen de la PGR,
la Policía Federal y las secretarías de la Defensa y Marina, según
revelan documentos oficiales estadunidenses consultados por MILENIO.
Tan sólo entre 2006 y 2010, los
agentes SIU participaron en la caída de al menos cuatro
lugartenientes mexicanos de alto nivel y recibieron 40 millones de
dólares de fondos públicos para pago de salarios, equipo,
entrenamiento y asesorías.
Y tendrán 10.8 millones más en 2011,
año que la DEA se ha planteado como el de su relanzamiento, según se
desprende de una solicitud presupuestal hecha este mes por dicha
agencia al Congreso de Estados Unidos y a la que este diario tuvo
acceso.
“El programa SIU busca crear unidades
antinarcóticos bien entrenadas y enfocadas con gran carácter moral e
integridad en distintos países. Muchas investigaciones relacionadas
a objetivos de alto nivel están siendo desarrolladas por estas
unidades. Por ende, la expansión del programa SIU en México en 2011
es una prioridad crítica”, se expone en la solicitud bajo análisis
legislativo.
Actualmente, la DEA tiene unidades
SIU en Colombia, Afganistán, Tailandia y México, entre otros países
de alto valor estratégico en el combate al narcotráfico. La unidad
mexicana es la más grande del mundo, con casi 200 miembros.
Según la solicitud presupuestal, los
cazacapos serán reforzados en 2011 como nunca antes; después de
varios años de bajas se elegirá a nuevos elementos de entre los
cuerpos de seguridad mexicanos, hombres y mujeres que tendrán que
ganarse la confianza de Washington mediante pruebas periódicas de
polígrafo, análisis de orina y sangre, además de entrevistas en sus
hogares —para determinar que su nivel de vida no supere sus
ingresos—y mediciones psicológicas.
En resumen, tendrán que demostrar que
son estables mentalmente y prácticamente incorruptibles. “La DEA y
el gobierno de México negocian en este momento un incremento al
tamaño del programa para llevarlo a su máximo techo de 250
miembros”, se expone en el documento.
Actualmente, el programa de SIU en
México está dividido en dos unidades: una de “Análisis Táctico”,
dedicada a recopilar información de inteligencia con 90 miembros, y
otra conocida como “Unidad de Operaciones”, a la que se encargan
tareas de alta complejidad y peligro.
Para convencer al Congreso de ampliar
los fondos de los SIU en 2011, el Departamento de Justicia y la DEA
no escatimaron elogios para los cazacapos mexicanos, a quienes
definieron como “cruciales” para aumentar la efectividad del combate
a los cárteles.
“La DEA quiere atacar a cárteles
mexicanos clave reforzando sus alianzas estratégicas mediante el
desarrollo adicional del programa SIU en México”, se explica en el
documento presupuestal de circulación limitada. “Los oficiales SIU
son clave y participantes esenciales en operaciones de intercepción
en México”, se agrega.
¿Programa infiltrado?
Pero no todo ha salido acorde al plan
estrella de Washington en México. En 2007 y 2008, al menos una
docena de agentes de la Policía Federal y la PGR integrados al
programa SIU del gobierno de Estados Unidos fueron ejecutados por
sicarios (MILENIO 23/06/2008), entre ellos José Nemecio, coordinador
de Información contra la Delincuencia de la PGR, y Edgar Millán,
comandante federal, lo que prendió las alarmas en la embajada
estadunidense ante una posible filtración de sus identidades.
Al respecto, en su solicitud
presupuestal —remitida a los comités de Justicia y Presupuesto de la
Cámara de Representantes y el Senado—la DEA se limita a señalar que
se vio forzada a hacer “cambios estratégicos” en la forma de operar
de las unidades mexicanas.
“En respuesta a la creciente
violencia entre los cárteles de la droga en México, la DEA ha
analizado los retos enfrentados por sus contrapartes mexicanas y ha
decidido hacer cambios estratégicos a su programa de Unidades de
Investigaciones Sensibles en México”, se expone lacónicamente.
Coincidencia o no, tras los
asesinatos de los años recientes, la DEA urgió a Washington a dotar
de fondos adicionales a las SIU con miras de permitirles contar en
2011 con equipo de protección personal, como chalecos antibalas y
camionetas blindadas.
“Las actividades cotidianas de
inteligencia y ataque al narcotráfico de los SIU mexicanos están
limitadas debido a la falta de equipo de seguridad y automotores
blindados”, alerta la agencia antidrogas.
“Los recursos solicitados financiarán
operaciones adicionales, entrenamiento, viajes, equipo para
intercepción de comunicaciones y vehículos blindados para los
agentes SIU actuales y los que serán contratados”.
El informe detalla que, quizá
polémicamente, los cazacapos mexicanos no operan por su cuenta, sino
que son asesorados en sus acciones de campo por agentes de la DEA.
“Lo que el programa SIU hace es
utilizar personal de la nación y la experiencia de la DEA en
intercepción de comunicaciones para atacar a los cárteles”, se
añade.
Y puntualiza: “todos los agentes SIU
deben trabajar bajo la guía
y dirección de un agente especial de la DEA”.
Legalmente, por cada 15 oficiales
cazacapos, la DEA debe tener a un asesor, es decir, alrededor de 15
agentes estadunidenses coordinan en territorio mexicano a los 200
integrantes del programa antinarcóticos más confiado por el gobierno
de Estados Unidos.
- Claves
Los fondos
• Creado a finales de la década de los 90, el programa SIU en México
ha recibido más de 200 millones de dólares en 15 años.
• Para el ejercicio fiscal 2011, la
agencia antidrogas solicitó al Congreso de EU 10 millones 800 mil
dólares más para las unidades mexicanas.
• Si los legisladores aprueban esos
fondos, el dinero será destinado a la compra de equipo de seguridad,
como chalecos antibalas y camionetas blindadas.
• Quien solicitó la expansión del
programa en México fue el secretario de Seguridad Pública federal,
Genaro García Luna. Se negocia elevar a 250 miembros el cuerpo de
élite.
ALGUIEN QUIERE LO QUE TU TIENES, ALGUIEN TIENE LO QUE
TU QUIERES.
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