La vida de Elvia Rodríguez Popócatl
pende de un hilo. Regresaba a su domicilio cuando el tráiler que
transportaba 56 cadáveres de inmigrantes ejecutados en
Tamaulipas generó el accidente del que resultó lesionada.
La pierna izquierda de la mujer de
21 años de edad quedó prensada entre dos vehículos estacionados
en la estrecha calle de Doctor Navarro, zona en la que se
encuentra el Semefo del DF.
Ahí, justo a un lado del edificio
central el Tribunal Superior de Justicia del DF, el chofer Érick
Gregorio Garrido, de 21 años, ignoró al llamado de la gente para
que detuviera la marcha.
Varios testigos le advirtieron
que el camión no pasaría, aún así lo intentó, proyectándose
contra una camioneta Estaquitas y un Chevy. En medio de ambos
automóviles quedó atrapada la empleada de la Plaza Comercial
Delta, quien no alcanzó a cruzar la calle.
De la ambulancia que seguía al
tráiler bajaron dos paramédicos que brindaron ayuda. Consciente,
Elvia pronunció su nombre y datos para localizar a su madre.
La mujer fue trasladada al
hospital de traumatología de Magdalena de las Salinas. Restos de
piel y sangre quedaron en la defensa de la camioneta estaquitas,
con placas de circulación 567-UHB.
“No sé cómo está mi hija, me
llamaron para decirme que tuvo un accidente, pero no sé qué
pasó”, dijo vía telefónica Elvira Popócatl, madre de la joven.
Elementos de la SSP del DF que
resguardaban la entrada del Semefo llegaron a vigilar el
tráiler. Antes habían indicado al chofer que siguiera su camino
para evitar a los medios de comunicación.
En esa zona de la colonia
Doctores nunca hubo vigilancia ni coordinación entre autoridades
federales y locales; sólo se preocuparon por colocar dos mantas
que impedían la visibilidad.
A las 13:30 horas la unidad de la
compañía Autoexprés Internacional de Reynosa, Tamaulipas,
ingresó al DF. Fue hasta ese momento que tres unidades de la
Policía Federal acompañaron el trayecto.
El chofer declaró que en ese
momento se enteró que la “carga” que entregaría eran los cuerpos
de 56 personas. Tampoco supo, entonces, que los cadáveres no
fueron preparados para evitar su prutrefacción, pero sí sabía
que la unidad no tenía sistema de refrigeración, si bien el
vocero de la PGR, Ricardo Nájera, aseguró en conferencia de
prensa que sí.
“Yo no sabía qué traía, sólo me
alquilo como chofer; mi patrón me dijo que tenía que venir, y
ya, nunca tuve vigilancia desde anoche que salí. Incluso, yo
pagué las casetas por las que pasé desde Tamaulipas hasta aquí”,
comentó.
Dentro del Semefo esperaban cinco
agentes del Ministerio Público federal para dirigir los trabajos
periciales en odontología forense, antropología forense y ADN.
“Por cada cuatro cadáveres los
peritos tardarán en promedio dos horas; no creemos que hoy mismo
se termine el trabajo”, informó personal del Semefo.
Está grave
Elvia Rodríguez es soltera.
Trabajaba en una tienda comercial para ayudar en los gastos de
su casa; su hermano es menor de edad y su madre, costurera.
La tarde de ayer fue operada para
amputarle la pierna, las heridas que tuvo impidieron a los
especialistas restaurar la extremidad. Su estado de salud es
reportado grave.
El Ministerio Público inició una
averiguación por el delito de lesiones culposas, mientras el
chofer del tráiler fue presentado en calidad de presunto
responsable.
El destino de los cadáveres fue
la pequeña funeraria La Piedad.
Apenas abrieron las puertas del
tráiler, un olor fétido alertó a vecinos que reclamaron la falta
de control sanitario. Incluso, empleados de la pequeña funeraria
improvisaron con una lona más espacios para acomodar los
cadáveres.
“Aquí los van a embalsamar y
después los llevarán al Semefo”, dijeron policías que
mantuvieron cerrada la circulación.