Las personas que son impulsivas con sus
compras, van a generar siempre problemas financieros, como
consecuencias de sus gastos, porque simplemente no pueden
dominar sus impulsos, y en estos casos, luego de haber
realizado las compras no pueden devolver las mercancías.
Esto implica que no hay lugar para volverse del error,
porque luego de haber hecho los gastos, ya no puede volver a
adquirir el dinero empleado para tales fines.
La diferencia entre el uso de la tarjeta de
crédito, y las otras formas de pago, radica en que cuando
los pagos son efectuados con efectivo, con cheques, o con
tarjetas de débitos, el dinero de la persona está en el
banco asegurado para tal fin, pero luego de gastarlo, ya no
lo tendrá disponible para algo mas.
En el caso de la tarjeta de crédito, es un
dinero que no es propio, representa un préstamo del banco, y
luego el banco cancela su compra y mas tarde usted deberá
cancelar el monto.
Aunque puede hacerlo en cómodas cuotas, usted pagará
intereses por ello, y si no paga a tiempo, ni las cuotas, ni
los intereses, aumentará la deuda con el banco y puede
llegar a cruzar las fronteras, y la posibilidad de que le
quede renegada el uso de su tarjeta de crédito por haber
contraído una deuda insostenible con su banco.
El tener un presupuesto de gastos, le
permitirá reducir los riesgos de contraer una crisis
financiera con el uso de su dinero en efectivo, con el uso
de su cuenta de ahorro en el banco, y con el uso de la
tarjeta de Crédito.
Un inventario le permitirá seleccionar que gastos son
importantes y cuales no, cuando debe usar la tarjeta de
crédito y cuando no, que gastos son eventuales y que gastos
son básicos y frecuentes, que gastos pueden esperar y cuales
no.