Es muy posible que te suene la palabra “Xanadú” porque existen innumerables referencias a este término en distintas manifestaciones de la cultura popular e incluso hay una Xanadú mexicana, pero ¿sabes lo que es realmente?
Mucha gente relaciona Xanadú a la delirante película de 1980 la cual, pese a estar protagonizada por Olivia Newton-John y Gene Kelly, ha sido nominada en varias ocasiones en los Premios Razzie (los anti-Oscar) como “peor musical”. Xanadú ha quedado asociado para siempre a una atmósfera onírica, humo y colores fluorescentes, dioses griegos en patines o al inolvidable tema principal de la banda sonora.
Además de la canción de Newton-John y la Electric Light Orchestra para esta película, Xanadú aparece en un sinfín de referencias musicales de bandas de todo tipo de género. Y no sólo se menciona en la música.
Para los cinéfilos, Xanadú es la mansión en la que vive “el ciudadano Kane” (ese misterioso personaje que representa al magnate de prensa William Randolph Hearst), el protagonista de la película del mismo nombre que dirigió y protagonizó Orson Welles. Los que prefieren las letras lo asociarán al nombre del hotel de Las Vegas que aparece en la novela Los tontos mueren de Mario Cuzo, más conocido por ser autor de la historia de El Padrino mientras que si la pregunta se dirige a un fanático del anime (dibujos animados japoneses), dirá que Xanadú es el paraíso de Sairei no Hebi, el Dios de la creación en la franquicia Shakugan No Shana que llegó a publicarse en México pero que, igual que en el resto de Latinoamerica, no ha tenido la repercusión que tiene en Japón. Un astrónomo, por su parte, dirá que Xanadú no es de este planeta sino que se encuentra en Titán, un satélite de Saturno. Tendría toda la razón, porque en ese cuerpo celeste que orbita alrededor del sexto planeta del sistema solar hay una cordillera montañosa que recibe ese nombre.
Estos son solamente cuatro ejemplos de los distintos rincones a los que ha llegado Xanadú, pero hay muchísimas más referencias literarias, cinematográficas, musicales, videojuegos…
En México existe un lugar que se conoce como la “Xanadú Surrealista”, se trata de Las Pozas de Xilitla, en San Luis de Potosí. A mediados del siglo XX, el poeta británico Edward James, un excéntrico millonario que fue mecenas de artistas tan importantes como Salvador Dalí y René Magritte, construyó toda una ciudad en medio de la selva llena de simbología surrealista. James gastó millones y tardó años en dar forma a una obra faraónica enclavada en las montañas de la Sierra Madre. Una ciudad de esculturas y edificios tallados en cemento que está llena de secretos y que resiste al paso del tiempo siendo todavía visitada por miles de personas cada año. Allí se pueden contemplar obras con nombres tan peculiares como “La casa de los tres pisos que en realidad son cinco o cuatro o seis”.
Sin embargo, la Xanadú de Xilitla no es la verdadera Xanadú.
Mansiones, hoteles, paraísos, ciudades mitológicas. No es casual que Xanadú prácticamente siempre se refiera a un lugar, porque realmente lo fue, y en cierto modo, todavía lo es.
Xanadú o Shangdu fue una región del Imperio mongol que ocupó gran parte de Asia durante siglos; estaba situada en lo que ahora es Mongolia Interior, una zona de China a unos 380 kilómetros al norte de Pekín. Era donde pasaba los veranos el emperador Kublai Khan, nieto de Ghengis Khan, en un enorme palacio al que rodeaba una ciudad interior y otra exterior. Destruida en 1369 por el ejército de la dinastía Ming, hoy en día todavía queda algo de aquel símbolo de uno de los imperios más poderosos de la Historia. El Sitio de Xanadú, donde apenas pueden verse algunos restos de las murallas, fue nombrado patrimonio de la UNESCO en 2012.
El esplendor de este increíble lugar ha quedado reducido a unas piedras al norte de la muralla china, quizás por eso es mejor que cada quien imagine su propia Xanadú