En materia de
alimentación, la población infantil está desprotegida y dependen de
las decisiones alimenticias de los adultos en casa y en las escuelas
de las autoridades. Los proveedores de comida de los niños son los
papás y los responsables de que vayan creando buenos hábitos
alimenticios, señaló la nutrióloga Julieta Ponce.
"Si en el refrigerador y en la
alacena de la casa no están los mejores alimentos para un niño a la
altura de su mano, es responsabilidad de los adultos que proveen y
no están concientes de las necesidades de nutrición de los
pequeños", precisó la especialista del
Centro de Orientación
Alimentaria en entrevista con De 10.
De acuerdo con las
estadísticas
México ocupa el primer lugar a nivel mundial en obesidad infantil
con un ritmo de crecimiento de 1.1 por ciento al año. Ya se está
reflejando este problema en más casos de niños diabéticos a edades
muy tempranas y
diabéticos tipo dos, una enfermedad de adultos, en población
infantil.
"Para el 2040 de seguir con malos
hábitos alimenticios el 100 por ciento de los adultos tendrá
sobrepeso. Esta generación de niños, será la primera que muera antes
que sus padres, por causas relacionadas a la obesidad", subrayó
Ponce.
Estos niveles tan alarmantes tendrán
que preparar a la sociedad que está acostumbrada y mentalizada a
enterrar a los viejos a que los padres ahora enterrarán a sus hijos.
Las autoridades están tomando cartas en el asunto, pero 30 años
tarde, acotó.
Prevención y hábitos
familiares
Los
hábitos alimenticios se forman en casa y se refuerzan en la
escuela, por ello es recomendable que los alimentos que se ponen en
los platos de niños estén equilibrados y lleven una porción adecuada
de frutas y verduras que se han cultivado en el campo.
Son tres las principales causas que
provocan la obesidad en los niños: hábitos alimenticios basados en
comida chatarra, la desorganización de los horarios para comer y el
sedentarismo.
Las medidas que deben tomarse no son
desconocidas para los adultos, los niños requieren de nutrientes,
proteínas, calcio, hierro, zinc y fibra. En las manos de los padres
y autoridades escolares está que consuman estos alimentos,
necesarios para su sano crecimiento.
"Un ejemplo muy simple del daño que
se les causa a los niños es con la comida que hacen a media mañana
en la escuela, para el recreo cuentan con media hora, por lo que
para comer destinan de 10 a 15 minutos, haciendo trabajar al
páncreas a niveles altísimos para procesar los azúcares que elevan
los
triglicéridos y aumentan el riesgo de padecer diabetes".
La especialista recomendó alejar a
los niños de los factores de riesgo, evitar que pasen mucho tiempo
frente a la televisión, con la que están expuestos anualmente a más
de 22 mil anuncios de alimentos y el 90 por ciento son de
comida chatarra.
"Lo que los niños ven en la TV lo encuentran en la tiendita de la
esquina a precios accesibles".
Hacer ejercicio es necesario a
temprana edad, no fomentar el uso de videojuegos y actividades que
los obliguen a permanecer por horas sentados.
Falta agresividad para
atacar el problema
A las autoridades les hace falta
tener mayor agresividad sobre el problema de la obesidad infantil,
no debe temblarles la mano con la industria de alimentos para exigir
más y mejores productos, precisó Julieta Ponce.
"La propuesta que el Centro de
Orientación Alimentaria hace a las autoridades es generar una modelo
agroalimentario y fomentar el retorno a la comida tradicional
mexicana que incluye más alimentos de la tierra con menos azucares y
grasas".
Aseguró que el día que México voltee
al campo y se fomente el consumo de los alimentos que se cultivan,
la población en general tendrá alimentos con
nutrientes y
proteínas que
permitan ir formando niños, adolescentes y jóvenes más sanos.
Julieta Ponce recomienda a las
familias mexicanas retomar el consumo de alimentos como maíz,
frijol, calabaza, nopal y chayotes, entre otros, para que sea un
hábito incluir verduras en la comida diaria y se vayan formando a
los futuros adultos como personas más saludables.
"Al mejorar los hábitos alimenticios
en el hogar, los niños tendrán una cultura de alimentación sana, que
les evitará males a futuro con una vida saludable, mejor rendimiento
intelectual y mayores oportunidades a futuro".
La especialista recordó que el mejor
ejemplo a seguir de los niños son los padres y si ellos aplican
hábitos alimenticios más sanos, les será más sencillo aplicarlo en
su vida familiar y fuera de casa.
Por una sana
alimentación
Cuando compres la comida abstente de
adquirir alimentos que aportan muchas calorías y cero nutrientes
esenciales, como dulces y panes industriales.
Incluye siempre frutas y verduras.
Prepara buen desayuno que proporcione
energía al niño y le permita mejorar su rendimiento en la escuela.
Incluye pequeñas cantidades de
verduras con diferentes alimentos que disimulen su presencia:
ensalada de colores, pizza de verduras, croquetas de pescado con
jitomate y zanahoria rayada, por dar algunos ejemplos.
Acostumbra al niño a masticar
despacio y a levantarse de la mesa sin sensación de hambre, para
evitar que coma entre comidas.
Vigila y reduce el consumo de
comida chatarra
a la salida de la escuela. -