CIUDAD DE MÉXICO, 21 de febrero.- El respeto a los valores del otro, independientemente de las discrepancias políticas, y el diálogo son los elementos imprescindibles para que Venezuela pueda retornar a la paz, considera el poeta y filósofo venezolano Josu Landa.
El docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, quien nació en Caracas en 1953, pero que actualmente vive en México, lamenta los hechos violentos que vive este país sudamericano desde hace una semana.
A la distancia, pero con sumo interés, el investigador acepta reflexionar sobre las marchas y los enfrentamientos que han cobrado la vida de seis personas, motivados por las distintas fracciones en pro y en contra del presidente Nicolás Maduro.
“Considero que esta última oleada de confrontación se debe a la evolución que ha tenido la oposición venezolana, en la cual un sector que considera que no pueden derrotar electoralmente al oficialismo se ha lanzado a buscar otra vía que, por cierto, ellos llaman ‘la salida’.
“Eso me parece lamentable. Pienso que la mesa de la unidad democrática está mostrando una fuerte división al respecto. Capriles y sectores como Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y otros grupos siguen apostando por una vía más civil y electoral. En apariencia al menos. Y el sector encabezado por Leopoldo López, María Corina
Machado y Antonio Ledezma ha optado por lo que ellos llaman ‘calentar la calle’”, explica en entrevista.
Para el estudioso de temas como la filosofía de la literatura y la ética, “todo esto es una expresión más de una confrontación polar que no va a tener remedio hasta que las partes en pugna, tanto la oposición como el oficialismo, no reconozcan y, sobre todo, no se autocritiquen con respecto a lo que han sido sus políticas”.
En el caso de la oposición, Landa aclara que es muy difícil que la mayoría de la sociedad venezolana termine de aceptarla como opción mayoritaria, si no revisa su política y no rebasa su compromiso claro con el neoliberalismo.
“La oposición tiene un programa que coincide plenamente con los puntos de vista propios del neoliberalismo en general. Está compuesta por sectores que tuvieron responsabilidades políticas muy fuertes, que incluyeron fuerte represión, desapariciones, muertos, saqueo del país, corrupción, y no se han autocriticado ni tampoco garantizan con un programa claro que no se regresará a esa condición.
“Además, tampoco toma una postura soberana clara frente a la injerencia obvia de Estados Unidos en la política venezolana. Considero que es muy difícil que los venezolanos confíen en una opción que no tiene claridad frente a esto”, explica.
El autor de siete poemarios añade que, por su parte, “el oficialismo debe hacer un gran esfuerzo por superar la polarización y, sobre todo, por superar formas de actuación política que resultan muy chocantes e irritantes para fuertes sectores de la sociedad venezolana. Independientemente de las discrepancias, es imprescindible respetar los valores del otro, por muy inaceptables que puedan ser”.
El autor de la novela Zarandona concluye que no ve una solución a corto plazo. “Si se fuera avanzando en cada una de estas partes, en un diálogo, probablemente habría las condiciones para una paz. Pero en este momento hay una agenda dirigida a generar una desestabilización que no le conviene a nadie. Hasta los sectores de la propia oposición están en contra de lo que está pasando ahora”, dice. Fuente: Excelsior