CIUDAD DEL VATICANO — El Vaticano decidió como medida para reducir su propio déficit suspender el pago de horas extraordinarias, renovar o realizar nuevos contratos y otorgar promociones al personal, indicaron ayer fuentes religiosas.
La decisión fue comunicada por la Secretaría de Estado a los responsables de cerca de 20 congregaciones y consejos pontificios del Vaticano.
El papa Francisco está examinando una serie de reformas internas, entre ellas la posible fusión de varias entidades y oficinas de la Curia Romana, y ordenó aplicar medidas de austeridad ante la crisis económica y así evitar el despido de empleados y funcionarios.
Las nuevas indicaciones fueron autorizadas por el número dos del Vaticano, el secretario de Estado, Pietro Parolin.
La reforma de las estructuras económicas de la Curia Romana está siendo examinada por grupos de expertos privados, con la supervisión de ocho cardenales asesores del Papa y otros consejeros, casi todos prelados extranjeros que no forman parte de la maquinaria interna.
El Vaticano deberá moverse al ritmo austero del papa Francisco, quien designó pocos meses después de su elección en marzo pasado una comisión para hacer más eficiente y transparente la administración de la Santa Sede.
Se trata de una reforma que apunta directamente contra el derroche y la corrupción y a bajar costos.
Esos objetivos figuran en un documento de puño y letra de Francisco, llamado Quirógrafo en la jerga vaticana, en el que pide una racionalización de los gastos, para evitar el dispendio de recursos económicos, favorecer la transparencia en la adquisición de bienes y servicios, y perfeccionar la administración del patrimonio mobiliario e inmobiliario.
Lamenta maltrato a la familia
Por otra parte, el Papa lamentó que la familia moderna esté tan “despreciada y maltratada” al abrir ayer en el Vaticano una reunión con 180 cardenales de todo el mundo para examinar ese delicado tema para la Iglesia católica, preocupada por la situación de los divorciados que se vuelven a casar.
El Papa pidió a los cardenales que durante los dos días de debate se analicen “con profundidad y sin caer en la casuística” la pastoral y la teología sobre la familia.
El Pontífice recordó que “la familia hoy en día es despreciada y maltratada”.
“Lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy, lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad”, afirmó Francisco ante los purpurados. Fuente: Excelsior