Estudios recientes demuestran que puedes aprender mejor si te diviertes. Entonces, ¿por qué no disfrutar de las vacaciones para divertirse aprendiendo juntos, por ejemplo, inglés?
Las vacaciones son siempre una oportunidad para pasar tiempo de calidad con su familia y disfrutar del aire libre con nuestros niños. Los juegos de mesa pueden ser un verdadero vínculo entre padres e hijos y una gran herramienta de aprendizaje.
¿Por qué aprender jugando es mejor?
El juego es el verdadero trabajo del niño. Es a través del juego que los niños descubren cómo interactuar con el mundo que los rodea. Además, jugar en un idioma extranjero permite:
- Desarrollar varias habilidades a la vez: cognitivas, motoras, sociales y lingüísticas;
para centrarse en la diversión y dejar de centrarse en la gramática.
A veces se cree que las prácticas de juegos no son serias. Mientras que excelentes clases para adultos en programas de inmersión lingüística se pueden recibir en institutos de idiomas (clic aquí), las modalidades mixtas con juegos son las más eficientes cuando se trabaja con niños y adolescentes.
El trabajo en la expresión oral y escrita
Desafortunadamente, el juego se percibe con demasiada frecuencia como una actividad infantil. La mayoría de las personas no piensan que el juego sea capaz de proporcionar muchos beneficios no recreativos. El juego promueve la expresión oral y escrita.
Debo admitir que la expresión oral es la esencia del aprendizaje. ¿Por qué? Porque para hablar es necesario dominar muchos aspectos lingüísticos: vocabulario, gramática, sintaxis, entonaciones, pronunciación, claridad, fluidez. Hablar también requiere habilidades no relacionadas con el lenguaje: sociabilidad, habilidades interpersonales, respeto, escucha, improvisación, compromiso, concentración, argumentación, empatía, comunicación no verbal.
Además, la fluidez en el lenguaje hablado es uno de los factores principales en la educación de los estudiantes, permitiéndoles viajar y trabajar internacionalmente. Hablar uno, dos, tres idiomas extranjeros es un activo en su vida privada y ciertamente profesional.
El juego promueve principalmente el dominio activo, pero además incorpora otros elementos, ya que también escuchará a otros para interactuar.
Las principales dificultades para aprender idiomas
En primer lugar, debemos reconocer las principales dificultades para aprender idiomas extranjeros.
En una universidad o en una escuela secundaria de 18 a 30 alumnos, permitir que los alumnos practiquen una segunda lengua parece extremadamente difícil: tiempo muy corto por alumno, timidez / incomodidad causada por el resto de la clase cuando se habla, Presión correctiva del maestro, sentimiento de inferioridad.
Al jugar, en lugar de centrarse en la práctica correcta del idioma, los estudiantes centran toda su atención en las reglas del juego y la victoria. El juego entonces plantea todas las dificultades del lenguaje generadas por la presión endo o exógena, el objetivo se desplaza. La práctica de la lengua extranjera se vuelve mucho más fácil, libre y flexible.
Para desarrollar sus habilidades lingüísticas, jugar es una buena manera porque permite a los estudiantes «dejarse ir«.
Tenga cuidado, sin embargo, se trata de usar el juego para promover el aprendizaje del idioma. La sensación de ser divertido, necesario y bienvenido, sin embargo, no debe ser la principal impulsora. Jugamos, por supuesto, pero aprendemos, ¡especialmente!
¿El profesor debe participar en el juego?
Lo aconsejado es que el profesor no participe. Por un lado, debido a que ciertas condiciones del juego pueden poner en riesgo la posición y el estado del profesor, algunos juegos requieren que los participantes interactúen de una manera delicada: el juego de roles, la negociación y la argumentación, no siempre son tareas fáciles de manejar por el adulto y el alumno en el lugar de trabajo.
Por otro lado, en la inmerso del juego, el profesor pierde la distancia necesaria para observar el juego.
Finalmente, es vital que el maestro no intervenga demasiado en el uso del lenguaje de los jugadores / estudiantes. En efecto, si el profesor interrumpe el flujo con cada error, se corre el riesgo de perder gran parte del interés principal, la práctica del lenguaje.
Es cierto que se aprende de los errores, pero si se corrige en exceso al aprendiz y se lo interrumpe, hay pérdida de confianza en sí mismo que puede perjudicar el aprendizaje.
El profesor, aparte, debe anotar los errores habituales y frecuentes en el lenguaje de los jugadores, resumirlos y dar una devolución posterior, una vez que el juego haya terminado. Esto iniciará una sesión informativa necesaria y permitirá a los estudiantes mejorar su práctica.
Finalmente, el profesor debe obviamente desempeñar el papel de árbitro en caso de litigio e intervenir si es necesario.