NARCOS EXIGEN A
MAESTROS DE ACAPULCO LA MITAD DE SUS INGRESOS
Todo comenzó en
una colonia
popular por el rumbo de la vieja entrada al puerto. La amenaza
fue dejada en un papelito en el parabrisas del coche de la
"habilitada", una
maestra que se encarga de recoger los cheques y entregarlos a
sus
compañeros en sus zonas escolares.
Ahí, apenas iniciado el ciclo escolar, comenzó el paro que lleva
más de un mes en las
escuelas de Acapulco.
El gobierno del estado ha dicho en diversos tonos que los maestros
exageran, que hacen caso de un anónimo o, como el secretario de
Gobierno, Humberto Salgado, que de plano son víctimas de "sicosis
colectiva".
La cosa es que el mensaje no sólo decía "paguen o se mueren".
Uno de los profesores de la zona donde todo comenzó cuenta
que el mensaje estaba dirigido a la maestra con nombre y apellidos,
además de contener instrucciones muy claras: decía quiénes debían
pagar; perdonaba la cuota a la "habilitada" y a la supervisora
(también con nombre y apellidos) porque ellas serían las encargadas
de la "colecta". Y perdonaba también a otro maestro "porque él ya
cooperó con nosotros".
Los extorsionadores, que exigían la mitad del salario y la
mitad del aguinaldo, ordenaban que se tachara con negro a quienes no
quisieran cooperar. "O sea que tienen la nómina", afirma un
profesor.
La "habilitada" salió como alma que lleva el diablo a la
coordinación de servicios educativos Acapulco-Coyuca. Detrás de ella
llegaron todos sus
compañeros de zona y desde entonces no han regresado a sus
escuelas.
En los dos días que siguieron se sumaron a la suspensión de labores
maestros de las zonas contiguas y luego el paro se extendió a otras
partes.
Los días corrieron. Cada jueves o viernes, las autoridades estatales
anunciaban el inminente regreso a clases, sin que faltaran las
amenazas de que comenzarían los descuentos a los maestros paristas.
El jueves 14 de septiembre, por ejemplo, fue el mismo gobernador
Ángel Aguirre Rivero quien dijo: "tengo la certeza, por no decir la
seguridad, de que los maestros regresarán el lunes".
Pero sólo una semana después accedió a reunirse con ellos, una de
sus demandas centrales.
Víctimas como todos los acapulqueños de la violencia criminal que
azota al puerto turístico, los
profesores se guardaban temprano y ponían chonguitos para que no
les tocara toparse con una balacera. Pero decidieron irse al paro
cuando la acción de los grupos criminales se fue sobre sus salarios.
Nuevas historias escolares
¿Son sicóticos los maestros de Acapulco? Para que el cerillo
prendiera se necesitaba la hierba seca. Aquí lo que cuentan maestros
de las primeras tres zonas que arrancaron el paro:
"Iniciamos labores una semana antes que los alumnos, para tomar
cursos. Cuando uno de los compañeros se dirigía al curso, en la
Zapata, fue secuestrado, y a su esposa, también maestra, le
exigieron 200 mil pesos. No sé cuánto pagó, pero esa misma noche el
compañero regresó, todo golpeado, mareado... había perdido la noción
del tiempo."
"Al día siguiente de la amenaza, en otra escuela de la zona 31
cuatro hombres armados y encapuchados anduvieron rondando. Se
bajaban de sus carros, un Tiida azul y un Tsuru blanco y se asomaban
por la reja o encima de la barda."
"En la zona 33 se llevaron a un
maestro jubilado que fue a dejar a su hijo a la escuela Plan de
Ayutla, con todo e hijo."
“Pusieron como 10 mantas, unas exigiendo la cuota y otras de un
grupo delictivo que se deslindaba.”
“Sabemos que trabajamos en zonas duras. Delincuentes siempre ha
habido, pero se dedicaban a lo suyo, a las narcotienditas.”
"En la Zapata hay un pequeño fraccionamiento de unas 80 casas de
puros maestros. Ya sólo deben quedar habitadas unas 20."
"Vea este mensaje de texto, no sé quién lo mandó, vea la amenaza.
¿Cómo saben mi nombre?"
Pestilencia en Renacimiento
La mayoría de las escuelas que pararon labores están en las colonias
consideradas "más peligrosas" de
Acapulco, las creadas por el clan de los Figueroa para echar a
los pobres del otro lado de los cerros. El buque insignia,
Renacimiento, es uno de los lugares donde los maestros cerraron las
escuelas, cansados de asaltos, secuestros exprés y, más
recientemente, extorsiones.
El gobierno del estado ha ofrecido la instalación de "botones de
pánico" (aunque dice que no hay razones para el pánico) y rondines
de vigilancia. Lo mismo durante tres semanas de paro hasta que, hace
unos días, se instalaron "mesas de trabajo" para atender el
conflicto.
En la Renacimiento no se ven patrullajes, pero de las alcantarillas
brotan las aguas negras. El fétido olor sincroniza con el aspecto de
varias
escuelas que se caen a pedazos.
Al salir a la avenida por la cual se ingresaba al puerto antes de la
existencia del maxitúnel, la cosa cambia. Hay un retén y pasa un
convoy de soldados. Pero en las colonias nada.
Manuel Añorve se fue de candidato del PRI a la gubernatura. Regresó
tras ser derrotado por su primo Ángel Aguirre y sigue sin cumplir su
promesa de campaña de reparar el drenaje de la Renacimiento. Eso sí,
hace publicar en la prensa local sus fotos con Enrique Peña Nieto y
las esposas de ambos, y recomienda a los padres de familia: "es
necesario que blindemos a nuestros hijos antes de salir a la calle
para que la delincuencia no se apodere de ellos".
Ya entrado en promesas incumplidas, algunas escuelas tienen pequeños
letreros que informan que el edificio forma parte del programa
Vecino Vigilante, iniciado por el entonces gobernador Zeferino
Torreblanca. En la escuela Simón Bolívar está tan oxidado que apenas
se puede leer. El letrero en la secundaria técnica Emiliano Zapata
está igual y frente a un módulo de policía abandonado hace mucho
tiempo.
"Además oprimían el botón y la ayuda no llegaba, o llegaba tres
horas después", afirma Román López Pachuca, vocero de la
Coordinadora Estatal de Trabajadores de la
Educación de Guerrero (CETEG).
En otra escuela, también cerrada, parece un mal chiste el letrero
que anuncia que el plantel forma parte del programa "Escuela
Segura".
Napoleón en la lucha
Cientos de maestros se reúnen durante las semanas del paro en la
coordinación de servicios educativos de la región Acapulco-Coyuca.
Aunque es minoría en esta zona, y la mayoría de las delegaciones en
paro son "institucionales", el sonido corre a cargo de la
Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero
(versión local de la CNTE). Las novedades se anuncian desde un
micrófono en el centro del patio techado: "La escuela Juanita Díaz
Marbán está en paro desde el viernes; la escuela Club de Leones se
une al movimiento. ¡Bienvenidos, compañeros!"
Las
educadoras del jardín de niños Juanita Díaz Marbán han sido de
las últimas en unirse. Lo hicieron sólo después de que en las rejas
de la escuela fue colocado un mensaje: “Queremos el 50% del dinero
ni crean que están a salvo de nosotros nadie escapa. Atte. La Maña”.
Maestras y maestros se acomodan donde pueden en el patio techado,
las escaleras, los pasillos de una
escuela hecha oficinas. El parloteo es de hora del recreo. Pero
cuando cualquier periodista se acerca se hace el silencio. Se
mezclan el miedo y la "disciplina sindical". "Hable con los
representantes"; "nosotras no estamos autorizadas"; "yo nomás vine a
acompañar a alguien".
Ni siquiera los representantes dan sus nombres. El profesor
Baldomero, quien hace de vocero casi siempre, suplica que no le
tomen fotos ni lo graben. Alguien por ahí dijo que así se llama,
porque él no da su nombre. Y tampoco lo hace ninguno de los otros
secretarios generales que encabezan el movimiento "por la paz".
La primera marcha se anuncia con un punto de llegada: la base naval.
–¿Significa que sólo confían en la Marina?
–Sí –responde Baldomero.
Antes de que salga la primera marcha, se oyen arengas como la
siguiente: “Va a haber seguridad,
compañeras, y además al gobierno no le va a convenir que delante
de la sociedad levanten a alguien”.
Los maestros marchan
"Vivimos aterrados por los hechos violentos del crimen organizado",
dice la manta que abre la columna por la costera, rumbo a la base
naval.
No hay banderas ni distintivos del SNTE. Tampoco de la disidente
CETEG.
La falta de "entrenamiento" es obvia. En lugar de consignas, las
maestras cantan el Himno a la alegría y una rola de Napoleón ("Abre
tus brazos fuertes a la vida..."). En la segunda marcha, agregan al
repertorio una de José Luis Perales, pero ya van lanzando algunos
gritos como: "Felipe Calderón, si no nos proteges, no vamos al
salón"; "Aguirre Rivero, la seguridad es primero".
La revuelta comenzó en las bases magisteriales directamente
afectadas por la inseguridad. Los secretarios generales
delegacionales quedaron entre la espada y la pared: los maestros de
base que les exigían
compromisos concretos y la dirección de la sección 14 del SNTE,
dirigida por el elbista Emiliano Díaz Román, que tardó en apoyar al
movimiento, participó de reuniones para intentar desactivarlo y puso
en práctica la conocida táctica de "cansar al movimiento".
La dirección nacional del SNTE tardó 18 días en manifestar
solidaridad con sus agremiados en Guerrero. El 12 de septiembre, el
consejo nacional de ese sindicato se refirió a la violencia que "ha
empezado a lastimar escuelas, trabajadores de la educación y
comunidades educativas", como si la historia no viniera de lejos
(ver "El asueto de los sicarios: asaltos, secuestros y extorsiones
en Juárez", La Jornada, 7 de marzo de 2009).
"Los secretarios generales traen línea de Emiliano, pero la base no
se va a dejar", asevera un profesor.
Cinco años sin Enciclomedia
Pasado el puente de fiestas patrias, incluso los
maestros de la CETEG hablan ya de "buscar una salida digna al
paro". Así, se instalaron mesas de trabajo con el gobierno del
estado, que se comprometió a instalar cámaras afuera de 45 planteles
y establecer retenes permanentes.
Los medios locales, que hasta hace poco no habían publicado una
línea contra los profesores, comienzan a difundir declaraciones de
asociaciones de padres de familia en contra de los paristas.
Las clases se reanudarán pese a que los especialistas adviertan que
la violencia en Acapulco está lejos de haber llegado a su punto más
alto.
Para la memoria quedan las palabras de un maestro que nunca dio su
nombre: "Nos culpan a nosotros de la mala calidad de la educación,
pero, ¿quién nos ayuda? Hace cinco años nos robaron los equipos de
Enciclomedia y ni quien nos haga caso. Algunas autoridades ven en
esto un tinte político, porque no les afecta a ellas. La verdad, les
vale madre lo que nos pase a nosotros. Venga cuando acabe todo esto,
para que vea". Fuente
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