LA DEPRESIÓN
ENGORDA
Esto de acuerdo a una revisión de
diversas investigaciones científicas recientes realizada por las
reconocidas nutriólogas Elizabeth A. Bell y Bárbara J. Rolls de la
Universidad de Pensilvania.
Estos estudios señalan que cambios de
patrón en su vida cotidiana afectan la capacidad de regular el
consumo de energía y lleva a las personas a comer en exceso,
poniendo en riesgo su salud.
Existen múltiples factores que pueden llevar a una persona a la
obesidad y de ahí a la muerte por males como la diabetes o
deficiencias cardiovasculares. Uno de estos factores es la
depresión, que genera un círculo vicioso entre la necesidad de comer
para obtener consuelo y compañía, y una autoestima baja que lleva a
pensar que no queda ninguna esperanza de perder peso, por lo que lo
único que queda es: comer.
Estudios realizados a personas impulsivas que sufren de sobrepeso,
indican que éstas tienen tendencias a ingerir alimentos calóricos de
manera compulsiva en estados emocionales de negatividad y cuando se
sienten solas.
Los científicos nos revelan también que el exceso de ingesta de
alimentos que produce sobrepeso y obesidad, especialmente en
mujeres, puede estar relacionado con conflictos emocionales, falta
de habilidad para resolver el estrés y la baja autoestima.
"Personas que tienen sobrepeso o sufren de obesidad no sólo comen
cuando tienen hambre, sino también cuando se sienten tristes,
enojados, depresivos, solos y cuando no pueden enfrentarse a
dificultades emocionales", concluyen las nutriólogas.
En México, un estudio publicado por la revista Salud Pública de
México, resultado de una investigación realizada durante 2009,
muestra que los mexicanos no somos ajenos a la asociación
depresión-obesidad.
El estudio señala que "personas que han tenido experiencias
traumáticas en su niñez tienen de 1.4 a 1.6 veces más riesgo de
tener inactividad y obesidad severa que aquellos que no han vivido
estas experiencias". Esto coincide con una investigación realizada
por psicólogos investigadores de las universidades de Helsinki y
Pittsburgh que encontraron que entre mujeres sanas de la mediana
edad, los síntomas depresivos, sentimientos frecuentes e intensos de
ira y tensión, están asociados con el riesgo de desarrollar síndrome
metabólico y, por ende, obesidad.
Los datos sobe la salud mental de los mexicanos llaman la atención
sobre la posible incidencia de este factor en la epidemia de
obesidad que hoy vivimos. De acuerdo a datos del IMSS, en enero
aumentan en un 30 % los casos de depresión, que pueden llevar a que
se coma compulsivamente, por lo que es recomendable acudir al médico
cuando se reconocen síntomas como cambio en el estado de ánimo o
incapacidad para disfrutar las actividades cotidianas.

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