DEPRESION TRISTEZA
DISTIMIADetectar
Tristeza, Depresión o Distimia: La creciente preocupación de la
población en general por su estado de ánimo y el uso cada vez más
popular de lenguaje psicológico evidencia la necesidad de una guia
profesional para la detección, tratamiento e intervención de este
tipo de enfermedades, además de mostrar las bondades de la terapia
psicológica en un campo que se ha considerado propio de la
farmacología psiquiatrica
El ritmo cada vez más acelerado y
diverso que el mundo moderno nos impone sumado a nuestra forma
psingular de afrontar los retos que nos trae la vida ha generado
como consecuencia una sensación generalizada de infelicidad.
La psicología nos muestra como el ser humano se motiva a vivir cada
día en busca de la felicidad, y precisamente la carencia de esta es
lo que nos mantiene activos en las diferentes esferas de la vida.
En el lenguaje cotidiano se ha generalizado el término depresión,
llegando a ser tan utilizado que está de moda, el problema es que en
muchas ocasiones se utiliza de forma incorrecta. Por eso es
importante conocer cuando se trata simplemente de una manifestación
del estado del ánimo acorde a las situaciones psingulares por las
que se atraviesa y saber discriminar cuando preocuparse y buscar
ayuda, pues se trata de una enfermedad muy seria.
Sentirse triste o "deprimido" no es suficiente para afirmar que se
sufre de depresión, ante esta realidad nos surge la pregunta:
¿Cuándo preocuparse?
Es importante estar atento a que esa tristeza o estado bajo de
energía tenga una explicación consistente en el momento en que se
presenta y que no presente una duración mayor a seis meses.
La enfermedad no tiene nada que ver con esa apatía ante la vida del
estudiante que ha suspendido seis asignaturas, o quien ha perdido el
empleo hace menos de un mes, pues es una reacción humana normal e
incluso saludable y como tal debe ser tratada.
Sin embargo como señala David Barlow, (fundador y director emérito
del Centro de Estudios de Ansiedad y Trastornos Relacionados de la
U. de Boston.)el doctor Carlos Fernández nos dice que estos factores
pueden influir en que se desarrollé la enfermedad, pues las
estadísticas en salud mental muestran incremento en la prevalencia
de estos trastornos debido según Barlow "Al incremento de los
niveles de estrés y al rompimiento que se da de las redes sociales y
familiares cuando la gente deja su entorno y cambia de sitio de
vivienda y de trabajo, lo cual ahora es más frecuente".
El peligro de generalizar el término puede llevar a descuidar el
interés por encontrar una cura eficaz ante la enfermedad. Para
esclarecer este punto, el profesor Salvador Cervera, de la
Universidad de Navarra, explicó en el reciente Congreso
Internacional de la Salud, celebrado en Roma, la diferencia entre el
malestar y la enfermedad de la depresión
Tal como lo señala Salvador Cervera en su artículo titulado
"depresión mucho más que la tristeza" la depresión como estado
patológico se pierde la satisfacción de vivir, la capacidad de
actuar y la esperanza de recuperar el bienestar. Se acompaña de
manifestaciones clínicas en la esfera del estado de ánimo (tristeza,
pérdida de interés, apatía, falta de sentido de esperanza), del
pensamiento (capacidad de concentración disminuida, indecisión,
pesimismo, deseo de muerte, etc.), de la actividad psicomotriz
(inhibición, lentitud, falta de comunicación o inquietud,
impaciencia e hiperactividad) y de las manifestaciones somáticas
(insomnio, alteraciones del apetito y peso corporal, disminución del
deseo sexual, pérdida de energía, cansancio, etc.) Este conjunto de
síntomas ponen de manifiesto que nos hallamos ante un estado
patológico específico, netamente distinto de la tristeza normal y
que adquiere formas e intensidades bien definidas.
En este sentido se han establecido diversas formas clínicas de
depresión internacionalmente aceptadas, que de menor a mayor
intensidad son: reacción depresiva; trastorno depresivo mayor;
distimia; trastorno bipolar; trastorno depresivo orgánico; depresión
melancólica; y depresión psicótica. Cada una de ellas con rasgos
diferenciales clínicos bien establecidos.
Tal y como lo señala el doctor Franklin Escobar, el trastorno
distímico es crónico caracterizado por un estado de ánimo deprimido
o irritable, con mayor frecuencia en niños y adolescentes, que
permanece la mayor parte de la jornada, casi a diario.
El término distimia significa "mal humor" , implica disforia
temperamental, es decir, una tendencia innata al estado de ánimo
deprimido.
El trastorno distímico es común en la población general y afecta del
3% al 5% de los individuos. En los servicios de psiquiatría y de
medicina general es frecuente el diagnóstico y afecta alrededor de
un tercio a la mitad de los examinados en estas clínicas.
La depresión y las enfermedades asociadas son trastornos cuyo
comienzo en general es temprano en la vida, con un curso recurrente
luego de un primer episodio en la más temprana adultez.
De manera que deberíamos preocuparnos cuando la tristeza sea el
estado de ánimo que nos caracteriza, y en especial cuando sintamos
la incapacidad de disfrutar con situaciones, cosas o personas que
nos producían en un pasado sensaciones placenteras.
¿Cuándo consultar?
De acuerdo con los manuales diagnósticos de las enfermedades
mentales existen algunos criterios para determinar si existe
presencia de la enfermedad y que pueden ser tomados como señales de
alarma y amerita buscar ayuda profesional, pues hay mucho en riesgo
y vale la pena vivir plenamente la vida, hay soluciones que los
terapeutas pueden poner a nuestro alcance.
Si presenta al menos dos de estos síntomas es importante buscar
ayuda:
• Estado de ánimo triste, ansioso, o "vacío" en forma persistente
• Sentimiento de desesperanza y/o pesimismo
• Sentimiento de culpa, inutilidad y/o desamparo
• Pérdida de interés o de placer en pasatiempos y actividades que
solía disfrutar, incluyendo las relaciones sexuales
• Insomnio, despertar en la madrugada, o dormir en exceso.
• Pérdida del apetito y/o peso, o por el contrario comer en exceso y
aumentar de peso
• Disminución de la energía, fatiga, sensación de estar lento.
• Pensamientos de muerte o suicidio.
• Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
• Síntomas físicos persistentes que no responden al tratamiento,
como dolores de cabeza, alteraciones digestivas y dolor crónico.
El Manual Diagnóstico de Enfermedades Mentales (DSM-IV) establece
algunos criterios generales que aunados a la descripción anterior
permiten tener una visión más clara de los síntomas y de si se debe
sospechar enfermedad o no, estos son de acuerdo al trastorno los
siguientes:
• Depresión: Al menos dos (2) semanas de estado de ánimo depresivo ó
pérdida de interés acompañados por al menos cuatro síntomas de los
descritos anteriormente.
• Trastorno distímico: Se caracteriza por al menos dos (2) años en
los que ha habido más días con estado de ánimo depresivo que sin el,
acompañado de algunos síntomas depresivos, pero que no cumplen el
criterio del trastorno depresivo.
De manera que si ha experimentado alguna de estas situaciones y
siente que su calidad de vida a desmejorado a consecuencia de este
sentir pues es el momento de buscar ayuda.
¿Qué tipo de ayuda es mejor?
De acuerdo con el psicólogo David Barlow, no hay una causa única
para estos trastornos. No se puede decir que la falla en un gen o la
influencia de un estresor externo causen por si solos la depresión.
Los factores están íntimamente relacionados; las alteraciones
genéticas y biológicas, que unas personas tienen y otras no, son el
escenario en el que los factores sociales pueden disparar estas
vulnerabilidades. Es por esto que se hace necesario el apoyo
psicológico como apoyo e incluso como único mecanismo de
recuperación.
Además, afirma Barlow que "Se invierten miles de millones en
promoción de medicamentos, pero no hay una industria que impulse
tratamientos psicológicos. Y aunque las farmacéuticas no se oponen
de manera directa, en realidad no hacen nada para favorecer la real
aplicación simultánea de ambos tratamientos. Lo preocupante es que
empieza a aparecer evidencia de que en algunos casos los
tratamientos con drogas pueden interferir con tratamientos
psicológicos, como es el caso del diazepam, lorazepam y clonazepam."
¿Qué tan efectivos son los tratamientos psicológicos?
Para la mayoría de los trastornos, en promedio todos son tan
efectivos como los tratamientos con drogas a corto plazo, pero a
diferencia de estos, cuando se descontinúa el tratamiento
psicológico se mantienen los efectos a largo plazo. Además, no hay
reacciones adversas.
Los psicólogos practican en un rango amplio de áreas especializadas
y lugares de trabajo. La especialización más conocida es la de
psicólogo clínico u orientador psicopedagógico/asesor psicológico, a
quien puedes consultar sobre temas personales o de relaciones.
Psingular: Orientación para la Toma de Decisiones ha desarrollado
estrategias particulares para el segmento corporativo e individual,
en los ámbitos personal, vocacional, y laboral.
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Fuente
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- Como vender por Internet
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saber antes de comprar)


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