(DPA, AP,
Notimex) La ex niñera de Michael Jackson habló de los frecuentes
problemas de la estrella de pop con distintos medicamentos, por los
que ella tuvo a menudo ayudarlo con lavados de estómago para que
pudiera expulsar las mezclas que ingería, según una entrevista
publicada en el Reino Unido.
Grace Rwaramba, mujer de 42 años que
cuidó a los tres hijos de Jackson hasta el pasado diciembre, hizo
también referencia a los problemas económicos del cantante, en una
entrevista concedida al diario The Sunday Times de Londres.
“Tuve que lavarle el estómago varias
veces. Siempre mezclaba demasiado. Hubo un periodo en el que estaba
tan mal que yo no dejaba a los niños que lo vieran. Siempre comía
muy poco y mezclaba mucho”, agregó la niñera, que señaló que también
se dirigió a la madres y las hermanas de Jackson para pedirles que
intervinieran.
La niñera viajó el sábado de Londres
a Los Ángeles, para reunirse con la familia del cantante. Ya en 1993
el antiguo mánager de los conciertos de Jackson, Marcel Avram, había
señalado que El rey del pop tomaba con frecuencia analgésicos
fuertes como morfina y demerol.
El calvario físico de Jackson pudo
haber comenzado en 1984, justo durante el último día de la filmación
de un comercial de Pepsi, en el que un ejecutivo recuerda: “Le
incendiamos el cabello. Jackson descendía por una escalera, en una
secuencia extravagante y llena de pirotecnia, cuando una chispa le
cayó en la cabeza”. Jackson permaneció hospitalizado durante días,
con quemaduras en el cuero cabelludo.
Así comenzó una serie de hechos
dolorosos que volvió de los analgésicos un medicamento muy
socorrido.
A comienzos de la década de los 90,
el dermatólogo de Jackson reveló que el cantante sufría un desorden
conocido como vitiligo, que provoca manchas blancas en la piel. Y
durante años, Jackson se sometió a numerosas cirugías estéticas,
incluida una que le adelgazó la nariz a niveles increíbles.
En 1993, canceló una actuación por
estar deshidratado y luego abrevió su gira por su adicción a los
analgésicos. En 1995, se desmayó en pleno escenario del Beacon
Theater en Nueva York y quedó otra vez internado. A partir de
entonces, su carrera sufrió un letargo del que se supondría se
recuperaría con los conciertos en Londres